miércoles, 1 de julio de 2009

Cuando escasean los adjetivos

Una deficiencia de léxico, bastante frecuente entre los hablantes, es la escasez de adjetivos a la hora de calificar las realidades o situaciones con que nos encontramos cada día.
Y mediante circunloquios, o sea, rodeos de palabras que se usan para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente, o bien con una decena de calificativos usados a modo de comodín, cubrimos la necesidad de ponerle características y cualidades precisas a aquello de lo que estamos hablando.<;p>He aquí unos cuantos adjetivos cuyo significado no es muy conocido, para poder echar mano de ellos, una vez sepamos lo que quieren decir.
Algo es inefable cuando “no se puede explicar con palabras”. A veces no se encuentran las palabras para expresar la belleza de algo, de una pieza musical o de una pintura, y se dice que es de una belleza inefable.
Aquello que “no se puede evitar o contra lo que es imposible luchar”, se dice que es inevitable, ineluctable o inexorable, como una guerra o un desenlace fatal. Pero también es inexorable la persona que “no se deja vencer por los ruegos o la piedad”. Maleable es el metal que “puede extenderse en láminas”. Pero también lo es aquello a lo que “se puede dar otra forma que la que tiene sin que se rompa”. Y alguien es maleable si es “fácil de convencer o persuadir”.
En cuanto al adjetivo plausible, se aplica a algo que es “merecedor de aplauso”. Este es su primer significado, por cierto el menos conocido y usado. Sin embargo, se emplean más los significados de “admisible o aceptable”, por ejemplo: “no fue capaz de inventar un pretexto plausible que justificara su actitud”.
Y lo que es “despreciable o de poco valor” se califica de deleznable. Aunque también es deleznable lo que “se rompe o deshace fácilmente”.

Luque Maricarmen

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