miércoles, 1 de julio de 2009

Geometrías del lenguaje

Hoy me hago eco de unas reflexiones que en su día hizo el gran lingüista y director que fue de la Real Academia Española de la Lengua, Fernando Lázaro Carreter.
Se refieren al espíritu geométrico que se ha impuesto en el español, espíritu cultivado con fervor por los emisores de la lengua, que desde todos los medios de comunicación, demuestran su inclinación a anglicanizar (si es que valiera el término) el idioma.
Y se lee y oye hasta la saciedad el adjetivo lineal, cuyo uso ya está aceptado de hecho, cuando se habla de pensiones, salarios; y significa “de la misma cuantía para todos los afectados, sin tener en cuenta su rango, categoría.”
Es, por tanto, lícito hablar de un aumento de sueldo lineal cuando afecta a todos por igual, es decir, que es común para todos.
Como se habrán encontrado multitud de veces con las “soluciones globalizadas”, calificadas con este nuevo adjetivo derivado del verbo globalizar, verbo de uso legítimo, equivalente al antiguo: universalizar. O sea, que hoy se adoptan soluciones globalizadas, donde antes se adoptaban “en bloque” o en su totalidad.
Y ya casi nos hemos acostumbrado a hablar de acuerdos “puntuales” cuando sólo se refieren a determinados puntos, arrinconando los adjetivos: concreto o parcial.
Y es que, en realidad, puntual, en español significa “pronto, diligente o exacto en hacer las cosas a su tiempo”. De manera que hablaremos de acuerdos concretos, parciales o limitados a ciertos puntos, pero no de acuerdos puntuales.
Y es que abundan los geómetras del idioma, que recurren a las metáforas fundadas en la línea, el globo y el punto. Y no es reprobable, siempre que no desplacen a términos usados desde hace siglos, o a no ser que se empleen cuando su uso todavía no está legitimado.
Amigos, por si no llegó a alguno de mis lectores, a todos les deseo un felicísimo año 2008.

Luque Maricarmen

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