miércoles, 1 de julio de 2009

Injusticia y gordiano

La expresión, “todos a una como en Fuenteovejuna”, como estrategia solidaria, ha venido empleándose a lo largo de los siglos, y todavía hoy se utiliza cuando es difícil o imposible deslindar responsabilidades frente a un hecho delictivo, que por solidaridad, se lo atribuyen muchos.
Nos llegó la frase a través de una obra literaria, pero detrás tenía su historia.
Cuentan que en la España de los Reyes Católicos, en un pueblo de Córdoba llamado Fuenteovejuna, los vecinos, hartos de soportar las injusticias y crueldades del Comendador, señor y máxima autoridad del lugar, se confabularon contra él, lo degollaron, lo arrastraron por las calles del pueblo y terminaron clavando su cabeza en una pica.
Cuando los agentes del orden llegaron al pueblo para investigar la autoría del hecho, cada uno de los vecinos que era interrogado, a la pregunta de “¿quién mató al Comendador?” contestaba: “Fuenteovejuna, señor”, con lo que nunca llegó a averiguarse quién fue el autor material del crimen.
Este episodio inspiró al escritor español del siglo XVI, Félix Lope de Vega, su obra de teatro titulada Fuenteovejuna, donde recrea el hecho en un delicioso castellano versificado. Y la frase “todos a una como en Fuenteovejuna” pasó a través del tiempo como símbolo de escudo defensivo contra la injusticia.
Distinto origen tiene el calificativo gordiano cuando se aplica a un nudo imposible de desatar. Pues cuenta la mitología que Gordio, un labrador que luego fue rey de Frigia, agradecido a los dioses por haber sido elegido rey, entregó al templo su carro al que amarró su arado, con un nudo tan perfecto que no se veían los cabos y nadie era capaz de desatar.
Tan complicado era el nudo gordiano que el oráculo prometió el imperio de Asia a quien consiguiera desatarlo. Muchos lo intentaron sin conseguirlo, hasta que Alejandro Magno, de camino a su enfrentamiento con los persas lo cortó de un tajo con su espada, consiguiendo la victoria contra el rey persa Darío y siendo proclamado emperador de Asia en el siglo IV a. C.
Muchos siglos hace ya que el gran Alejandro demostró la necesidad, a veces, de aplicar medidas drásticas.

Luque Maricarmen

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