miércoles, 1 de julio de 2009

La castellización del verbo ignorar

Ya hace años que se veía venir. Ya está aquí, asentado y aceptado con todas sus consecuencias el sentido del verbo español ignorar, como “no hacer caso de alguien o de algo”. Un calco del to ignore inglés.
Este verbo, cuyo significado a través de los años ha sido “no saber algo o no tener noticia de ello”, ya se usa desde la primera mitad del siglo XX, hasta en el habla culta, con el sentido inglés de “no hacer caso de algo o de alguien”.
Y conduce a falsas interpretaciones.
Una frase como “la empresa ignora las demandas de los trabajadores” siempre quiso decir, sin ambigüedades, que la empresa no sabe cuáles son esas demandas; y eso se arregla con una oportuna información.
Hoy, sin embargo, puede significar también que la empresa no hace caso de esas demandas, que no le interesa saberlas, que las desprecia, lo que tendría un arreglo mucho más complicado.
¿Y cuál de los dos es el sentido recto del mensaje? Es ambiguo. Lástima que lo hayamos complicado. Y es una complicación innecesaria.
Si el principal objetivo de la lengua es comunicarse, entenderse, ¿por qué añadir complejidad a la comunicación, al entendimiento ya de por sí difícil?,p>Y es que amigos, para ese sentido foráneo del verbo ignorar, que ya aparece en nuestros diccionarios, el de “no hacer caso”, existen en español equivalencias como hacer oídos sordos, desdeñar, despreciar, hacer caso omiso. Y referido sólo a personas, ningunear, que es no hacer caso de alguien, no tomarlo en consideración o menospreciarlo.
Pero el uso reiterado y continuo de ese valor del verbo ignorar por los hablantes hizo que el diccionario lo registrara para que pudiera emplearse con legítimo derecho. Y ya es nuestro. Pero no olvidemos las otras palabras y locuciones que expresan, sin riesgo de confusión, esa misma idea.

Luque Maricarmen

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